martes, 8 de junio de 2010

El Son Jarocho

El Son Jarocho El son es probablemente el género musical más rico en México, el más representativo de la cultura popular, interpretado primordialmente con instrumentos de cuerda y percusión. Fuera de algunas excepciones, el son combina partes puramente instrumentales con partes cantadas. Las partes instrumentales se zapatean vigorosamente con taconeos que reflejan sus antecedentes españoles; las partes cantadas acompañadas discretamente por instrumentos, sirven a los bailadores para paseos, descanso y pasos menos sonoros. según Reuter en su libro "La Música Popular de México" dice : "El son es primeramente, música profana y festiva, típicamente mestiza, es un género musical estrechamente ligado al baile social, no a la danza ritual del indígena, el baile es de pareja y expresa siempre el coqueteo entre varón y mujer, salvo algunas figuras coreográficas, el baile del son es suelto, es decir, las parejas no se tocan. Suele bailarse sobre tarimas que sirven de caja de resonancia al zapateo". El son jarocho no tiene una fecha precisa de nacimiento. "La Bamba", probablemente el más antiguo son jarocho que se conserva, data del siglo XVI y es atribuído a un trovador que vivió en el Puerto de Veracruz.
La poesía cantada en los sones está compuesta de coplas. La copla es un breve poema que encierra dentro de sí una idea completa. Los contenidos de las coplas son en su mayoría amorosos, pícaros y un grupo muy numeroso de coplas se refiere a ANIMALES que en algunos casos los bailadores interpretan imitando su movimiento durante el desarrollo del baile. Muchas coplas se cantan con un estribillo (la parte que se repite) caracterizando al son.
Al estar coordinadas la parte musical y la parte coreográfica, con frecuencia los versos de las coplas se repiten instrumentalmente, por estas repeticiones de versos se logra una uniformidad en la estructura musical que sirve de apoyo a los bailadores. En la longitud del son no hay norma que establezca el número de coplas con su interludio para zapatear.
Los sones son anónimos, y como parte esencial de la creatividad musical tradicional cada intérprete se agrega o adiciona coplas o estribillos, algunos de los cuales quedan para formar parte del son y lo van modificando con el paso del tiempo, lo que los convierte en obras de creación colectiva.
Las disciplinas del baile en el son jarocho son muy rígidas. En este sentido, existen "Sones de a montón" (exclusivo para mujeres), "Son de parejas" y "Son de pareja" (de una sola pareja que va siendo sustituida por otra durante el desarrollo del son), y algunos sones como el de "los panaderos" que es de una pareja, donde se va supliendo al hombre o a la mujer de acuerdo con lo que indiquen los músicos quienes bien pueden pedirle al hombre que deje sola a la mujer, o bien solicitan a la mujer que deje solo al hombre. Luego cada uno tienen que buscar a su compañera o su compañero, para que continúe el baile en pareja.
Una de las manifestaciones socioculturales más representativas del Estado de Veracruz y en especial en la región de Sotavento, son los fandangos, palabra castellana con la que en la región se designa a un tipo de baile acompañado por música de huapango y que se realiza en una reunión en donde baila y platica un grupo de gente . El huapango jarocho es ejecutado en todas las celebraciones y fiestas religiosas, incluyendo festividades familiares, como cumpleaños, bodas, bautizos y nacimientos; pero nunca se baila con tanto fervor como en las fiestas titulares del santo patrono del lugar.
Uno de los principales elementos para la celebración del fandango es el entarimado que proviene de la palabra huapango que es de orígen nahuátl y significa : uapali "tabla" y ko "en" y se traduce "sobre tablas" "sobre tablado o madera", connotación que alude por supuesto, a la manera en que se ejecuta el baile. Por otra parte, se trata de uno de los pocos términos en lengua indígena que designa un género específico de música, canto y baile en nuestro país.
En las fiestas decembrinas, el fandango se inicia visitando a las casas por las calles que mas fama tengan de bullangueras; en las puertas de estas casas escogidas, se cantan sones jarochos en donde los versos se enfatizan con un matíz religioso de la festividad. El contenido de esto, ejemplifica la religiosidad como se manifiesta en los siguientes versos: "Naranjas y limas, limas y limones mas linda es la virgen que todas las flores". Después de que se canta se entra a la casa y se organiza un pequeño fandango, el primer son que se toca es aprovechado para que la gente se acomode, se ofrecen bebidas que son preparados de frutas naturales como el jobo, guanabana, nanche, limón uva silvestre, etc. machacadas con azúcar, agua y alcohol del 96 y/o aguardiente de caña entre otras, también se acostumbra comer el tamal velador preparado con masa de maíz y de elote hoja de acuyo, manteca de cerdo y, en su centro media cabeza de cochino, este tamal y algunos dulces de colación, de leche, rellenos de coco, buñuelos bañados en miel de caña y té de frutas que se sirve caliente con piquete de caña o aguardiente y endulzado con piloncillo se ponen en el centro de la mesa para todos los invitados.
El fandango se inicia con sones como : pájaro cú, pájaro carpintero y el siquisirí para después continuar con el más gustado por las bailadoras, como uno de a montón o de mujeres: el gavilancito, la indita, la guacamaya, maria chuchena, la tuza, la llorona, la tarasca, la manta, la vieja, etc. en el que las mujeres mayores de edad entran de dos en dos para animar a los jovenes a bailar en parejas formando líneas paralelas, completando cuatro parejas de bailadores al mismo tiempo o más de acuerdo al tamaño del local. En estos sones solo bailan mujeres ejecutándolos de una manera cadenciosa, sutíl con acento firme, evocando la dulzura femenina y las señoras de más edad, acostumbran bailar casi sin moverse de su lugar, sólo en caso necesario para hacer un movimiento como el cruce entre una línea con otra, o para dar una vuelta o giro.
Los bailadores, siguen solicitando sones y así, se llega a los de pareja como: la iguana, el canelo, la sarna, el zapateado, la bamba, el butaquito, el toro sacamandú, el torito jarocho, el siquisirí, etc. El son de parejas se acostumbra bailarlo entre hombre y mujer aunque algunas veces sucede que a falta de hombres suben a bailarlo dos mujeres, así demuestran a los hombres la capacidad enérgica de bailar. El hombre acostumbra buscar como pareja a la mujer deseada engalanándola, colocándole su sombrero como muestra significativa de invitarla a subir a bailar, si ella no acepta, lo que hace es quitarse el sombrero y regresarlo inmediatamente al dueño que lo puso. A interpretar el son, si la pareja lo hace bien, algunos hombres del público le acomodan sus sombreros uno encima de otro hasta formar un montón, al no poder seguir poniendo más optan por darlo en las manos a la bailadora.
En las fiestas de los santos patronos de las comunidades o en cualquier festividad como bodas, bautizos, cumpleaños, etc. se acostumbra realizar fandangos alrededor de una tarima de madera construída para el evento de medidas variables y en la que se reúnen músicos, cantadores, bailadores, trovadores y espectadores de la región. Estos fandangos duran toda la noche y los participantes se van supliendo o alternando para así, disfrutar de la costumbre y la alegría de seguir bailando y cantando.
La región de Sotavento, posee una riqueza vegetal y animal que la ha distinguido de las demás regiones y entidades, sus principales cultivos han dado la pauta para realizar fiestas tradicionales de la fruta que más abunde y representar a los animales mas conocidos, el programa que presenta el BALLET FOLKLÓRICO DEL CENTRO DE SEGURIDAD SOCIAL DE LA REGIÓN JALAPA DEL INSTITUTO MEXICANO SEGURO SOCIAL, se orienta a manifestar el gusto de la región sotaventina para representar en sus sones la presencia de algunos de los animales más conocidos de la región, de aquí que se hayan seleccionado sones como: LA GUACAMAYA, LA IGUANA Y EL COCO, completando el programa con los sones clásicos de cualquier festividad veracruzana como son: EL ZAPATEADO jarocho y el himno Veracruzano por excelencia LA BAMBA, de manera tal que en conjunto se muestren las características más importantes de ésta representativa región del Estado de Veracruz.

Zapateado Veracruzano

Zapateado Veracruzano:
El baile estereotipado de los jarochos es el "zapateado" o son jarocho, que se acostumbra en exhibiciones de todo el territorio de Veracruz. Se toca con música de jaranas, requinto, arpa, pandero y quijada de burro entre otros instrumentos y se baila sobre un escenario, zapateando.
Los sones jarochos tienen un origen campesino (rural) y su temática hace referencia a este entorno (animales, costumbres, paisajes, accidentes geográficos, etc. En ellos, como en casi ninguna otra forma musical de México se conjuntan las tres raíces étnicas: la india (en la temática), la negra (en los ritmos) y la europea (en los instrumentos y armonías). Hay sones jarochos originados en los inicios y mediados del siglo XIX que se han popularizado por todo el mundo; entre los más conocidos están: La Bamba, El Colás, El Siquisirí, El Balajú, El Aguanieve, El Buscapies, El Jarabe Loco, El Zapateado, El Toro Zacamandú, El Chuchumbé, La Petenera, La Llorona, La Guacamaya, La Iguana y otros, que siguen interpretándose.
En los últimos años ha surgido una corriente de jóvenes músicos, algunos con formación académica, que han retomado las estructuras del son para recrearlas y dar al Son una nueva vitalidad, combinando instrumentos "no tradicionales" y ritmos afrocaribeños.Aclarando que tales piezas musicales no se tocan en los fandangos. Estos sones se dividen, por su tonalidad, en sones en modo menor y modo mayor, y por la forma en que se bailan, en sones de montón y sones de pareja. Se bailan también huapangos, (del náhuatl: cuauhpanco = sobre la tarima) aunque éstos son más bien originarios de las huastecas, al Norte del Estado de Veracruz. También son populares los bailes tropicales de origen afrocaribeño, llegando a arraigarse mucho al grado de ser ya tradicional y típico el danzón. Una nueva corriente cultural pugna por la no comercialización del son jarocho, retomando los fandangos campesinos y la versada con su mundo ritual, desechando los estereotipos y tratando de enraizar en lo tradicional